domingo, 2 de marzo de 2014

El pico Duarte y la Santidad

(en ninguna manera quiero hacer pensar que hay en mi una forma de idolatría al Pico Duarte, muy lejos, muy lejos de esto, creo que mi caminata al pico duarte mas bien sirvió para enseñarme muchas cosas de la Santidad que le presento a Dios)

El año pasado, un grupo de hermanos y yo fuimos al Pico Duarte. Cuatro de ellos ya habían ido el año anterior, tres de nosotros era nuestra primera vez. Estuve emocionado todo el tiempo. La idea de escalar la montaña mas alta del Caribe, era una de esas cosas que debía hacer antes de morir.

Pero a los cinco minutos de comenzar a caminar solo pensé, "y quien diablos fue que me hizo meterme en esto?" (en serio, eso fué lo que pensé). Caí desmayado a los 10 minutos. Alguien tuvo que cargar mi mochila por la mitad del día mientras me recuperaba. Y después de 5 días en los cuales 12 y 16 horas cada día las pasábamos caminando, ya había ido y vuelto.

Vine con la boca quemada por el sol, nueve ampollas en los pies, las rodillas hinchadas, y muchas, muchas cosas revolviendo en mi mente. Mientras mi esposa se aseguraba de mi bienestar en los proximos dos dias, pude descansar y reflexionar en lo que significaba esta caminata en mi vida espiritual.

Pensé en la Santidad, pensé en el caminar del creyente, pensé en lo que significa estar en el camino, pensé en tantas cosas, que un blog no me da. Pero lo resumiré:

Pensé en que el camino nunca será como yo quiero que sea, ni como me lo imagino, ni siquiera como lo sospeché. Al igual que el caminar de un creyente, hay muchas cosas que no se pueden predecir. Subidas donde creía que habían bajadas. Bajadas donde creia que habian subidas, y planicies mas cortas de lo que mi cuerpo necesitaba. En el momento que menos me lo esperaba, habia una parte de camino llana, que me ayudaba a descansar antes de subir otra vez. Como creyentes de Cristo, tenemos que saber  que la santificación no es siempre para arriba. Habrán momentos en los que se baja, se da la vuelta, se descansa, se camina y hasta se corre.

Recordé que se puede caminar muy bien, y muy energéticamente, en un camino equivocado. Mientras volvíamos del pico, ignoramos una señal hecha en el camino correcto (una cruz por cierto!!) y por tanto nos desviamos unas 4 horas en un camino equivocado. Ibamos tan confiados que nadie pensó en que estábamos en el camino incorrecto. Lo mismo pasa en el caminar del creyente, hubieron momentos en que yo estaba  haciendolo todo correctamente y muy bien, pero en el camino equivocado. Debo cuidarme de estar caminando bien pero no para el Señor. Debo cuidarme de que mis buenos actos no vengan de corazón y de obediencia a Dios. Porque siendo asi, estaría caminando muy bien, en el camino equivocado, llegaré a todos lados, menos a mi destino final.

Aprendí, que nunca se camina solo, que se camina junto a tu equipo. Que algunos vamos detrás, y otros van delante, pero todos caminamos juntos. Que en un momento dado tendré que humillarme a pedir que otros me ayuden y que en otros momentos tendré que ayudar a otros. Aprendí que el mismo camino se hace facil o dificil de acuerdo a mi actitud para con el grupo. Y que no se supone que ande solo. La función de la iglesia es esa misma, motivarnos en esta caminata hacia la santidad. Que entre chercha y oraciones, conversatorios y resbalones, boches y abrazos, todos estamos caminando hacia la meta y se camina junto a los demás.

Al día de hoy, estoy listo para volver al pico y para aprender todo lo que Dios me quiera enseñar a través de su creación. A aprender a lidiar con mis hermanos y a buscar una mejor comunión con Dios. (no me mal interpreten, Dios esta alla arriba y aqui abajo, solo que para hablar con ÉL, alla la señal parece mejor!!). Si bien es cierto que veo el hiking como un deporte, no puedo desligarlo de mi andar con Dios. Y debo admitir que al igual que todo lo demás, Dios nos revela su personalidad y sus enseñanzas cuando todo lo que hacemos lo hacemos para ÉL, por medio de su naturaleza, y por ultimo pero no menos importante, por medio de su Palabra Escrita.

Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
1 Cor 10:31


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