jueves, 25 de julio de 2013

De la abundancia del corazón, habla la boca



         
           Recuerdo ese pasaje por una imagen que había en la calle Capotillo llegando a la mella. La razón por la que lo puse como titulo, es porque de eso se trata este post. De nada planificado, de todo lo que hay en mi corazón hasta el momento. 

             Vivir a la imagen de Cristo es algo que hace un tiempo me propuse. Recuerdo que estando en Haití, recibí del Señor instrucciones de como se hace discípulos y esto es viviendo a la imagen de Cristo. De manera que eso seria mi lema de vida. 

          Comencé a estudiar el sermón del monte, luego a memorizarlo, después quise comenzar a aplicarlo. Explicar el lema es mucho mas fácil que cumplirlo, escuchar a Jesús es mucho mas fácil que seguirle, comer el pan es mucho mas fácil que comer de sus palabras, igual que negarle es mas fácil que cargar su cruz. 

          El estudiar la vida de Jesus también ha confrontado la cosmovisión Cristiana-Dominicana en la que vivimos. Me he dado cuenta de que hay muchas cosas que Jesús me mandaría a hacer y que no las hago simplemente por "el que dirán". Es difícil decirlo, pero esa es mi desobediencia. Porque hay cosas que son dominicanamente incorrectas, porque hay esas cosas que "los cristianos no hacen". 

        Comencé este blog con la teoría de "a la imagen de Cristo" pero es que en realidad eso que nosotros vivimos hoy esta muy lejos de ser a la imagen de Cristo. La practica esta a años luz de la teoría. 

      Hace un tiempo observo mis mensajes, observo los mensajes de otros. Y veo esto: nadie quiere predicar de textos en los que Jesús habla. Escogemos textos de Romanos, de Hebreos, de los tantos en el antiguo testamento. Pero las palabras de Jesús son tan simplistas que no se puede hacer un mensaje de ello por 45 minutos. 

         Descubrí que las palabras de Jesús no son para hablar de ellas sino para hacerlas. Por tanto, ponerme de pie y predicar de ello seria como robarle el tiempo a la gente de ir a hacer eso que manda la palabra. Descubrí que no se hace discípulos desde el podio ( y esto ya me lo habían dicho). Descubrí que la mejor forma de forjar el carácter de Cristo en las personas es haciendo eso que Cristo manda, pero con ellos. Que hablar de evangelismo a mis discipulos, no es igual que salir a evangelizar con mis discípulos. 

         Descubrí que la cúspide de la vida cristiana es la cruz de Cristo. Que la majestuosidad de Cristo esta en su muerte en la cruz. Descubrí que esto no se trata de nosotros sino de EL. Descubrí que soy nada, y que EL lo es todo. Descubrí que si no hago nada abajo (sirviendo a los demás) no haré nada arriba (en el podio). 

        Descubrí que en todo caso, cuando me toque enseñar, o predicar, o subirme al podio, por mas que prepare mi sermón, este no se tratará de lo que tengo en mi mente sino de lo que esta en mi corazón. De lo que hago, de lo que vivo, de la manera en la que pienso, de las intenciones detrás de todo lo que hago, de todo ello se tratará mi sermón. Descubrí, tarde, que de la abundancia del corazón es que hablará la boca. 

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