Recuerdo ese pasaje por una imagen que había en la calle Capotillo llegando a la mella. La razón por la que lo puse como titulo, es porque de eso se trata este post. De nada planificado, de todo lo que hay en mi corazón hasta el momento.
Vivir a la imagen de Cristo es algo que hace un tiempo me propuse. Recuerdo que estando en Haití, recibí del Señor instrucciones de como se hace discípulos y esto es viviendo a la imagen de Cristo. De manera que eso seria mi lema de vida.
Comencé a estudiar el sermón del monte, luego a memorizarlo, después quise comenzar a aplicarlo. Explicar el lema es mucho mas fácil que cumplirlo, escuchar a Jesús es mucho mas fácil que seguirle, comer el pan es mucho mas fácil que comer de sus palabras, igual que negarle es mas fácil que cargar su cruz.
Comencé este blog con la teoría de "a la imagen de Cristo" pero es que en realidad eso que nosotros vivimos hoy esta muy lejos de ser a la imagen de Cristo. La practica esta a años luz de la teoría.
Hace un tiempo observo mis mensajes, observo los mensajes de otros. Y veo esto: nadie quiere predicar de textos en los que Jesús habla. Escogemos textos de Romanos, de Hebreos, de los tantos en el antiguo testamento. Pero las palabras de Jesús son tan simplistas que no se puede hacer un mensaje de ello por 45 minutos.
Descubrí que en todo caso, cuando me toque enseñar, o predicar, o subirme al podio, por mas que prepare mi sermón, este no se tratará de lo que tengo en mi mente sino de lo que esta en mi corazón. De lo que hago, de lo que vivo, de la manera en la que pienso, de las intenciones detrás de todo lo que hago, de todo ello se tratará mi sermón. Descubrí, tarde, que de la abundancia del corazón es que hablará la boca.
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