lunes, 10 de junio de 2013

Credo de un Seguidor Decidido

Soy parte de la comunidad de los no-avergonzados. La suerte está echada. He cruzado la línea. La decisión ha sido tomada. ¡Soy un discípulo de Cristo!

No voy a mirar hacia atrás, rendirme, frenar, retroceder, o estar quieto. Mi pasado ha sido redimido. Mi presente tiene sentido. ¡Mi futuro está asegurado!

Ya he terminado y acabado con la vida baja, el caminar por vista, las rodillas sanas, el planificar pequeñeces, sueños incoloros, visiones grises, el hablar mundanamente, el dar mezquino, y las metas enanas.

Ya no necesito preeminencia, prosperidad, posición, promociones, aplausos, o popularidad. Yo no tengo que estar correcto, o ser el primero, o estar al tope, o ser reconocido, o alabado, o recompensado. Yo vivo en la fe, y me apoyo en su presencia, camino por la paciencia, elevado en la oración y el trabajo por el poder del Espíritu Santo.

Mi cara está establecida. Mi marcha es rápida. Mi meta es el cielo. Mi camino es estrecho y la senda áspera, mis compañeros pocos, pero mi guía es confiable y mi misión es clara.

No voy a ser comprado, comprometido, desviado, atraído, devuelto, engañado o retrasado.

No voy a flaquear en la cara de sacrificio o dudar en la presencia del adversario. No voy a negociar en la mesa del enemigo, meditar en la piscina de la popularidad, o deambular en el laberinto de la mediocridad.

No voy a renunciar, callar, o rendirme hasta que haya permanecido, en Jesus guardado, en oración elevado, el precio haya pagado, y haya predicado para la causa de Cristo.
Yo soy un discípulo de Jesús. Tengo que dar hasta que me muera, predicar hasta que todos conozcan, y trabajar hasta que Él venga. Y cuando venga por su cuenta, no tendrá problemas en reconocerme.

¡¡Mi color será bien claro!!


Louise Robinson Chapman (África: 1920-1940)

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