Imagínate a Jesús.
Imagínate que están sentados juntos en alguna heladería o en un café. Imagínalo
donde quieras, vestido como cualquier mejor amigo tuyo, con la sensibilidad que
caracterizaría a ese Jesús que te estas imaginando.
Imagínate que hablas con El. Imagínate que le cuentas de las bendiciones que te ha dado.
Imagínate que hablas con El. Imagínate que le cuentas de las bendiciones que te ha dado.
Imagínate que comienzas a hablar de tus problemas.
Imagínate que le dices: “Jesús, Necesito un consejo. Quiero obedecerte.
De verdad. Pero mis amigos no me dejan, y son mis amigos sabes, hemos crecido juntos
y solo quiero que hables con ellos y los convenzas”.
Imagínate que Jesús con una sonrisa suave como quien le habla a un buen
amigo te dice: “¡déjalos!”
Imagínate que le hablas de tu deshonesto Jefe y te dice: “¡¡Confróntalo!!”
Imagínate que le hablas de la seducción de tu novia o Novio y él te
dice “¡déjala o déjalo!”
¡Déjalo!
¡Córtalo!
¡Sácalo!
¡Vete!
¡Víboras!
¡Hipócritas!
¡Falsos Profetas!
¡Apartaos de mi Hacedores de maldad!
¡Sepulcros blanqueados!
Jesús no parece tener el más mínimo respeto a nuestros
sentimientos cuando se trata de lidiar con el Pecado. Las palabras de Jesús no
son fáciles de asimilar. Jesús no intima con el Pecado y así mismo nos llama a
actuar. Algo te hace caer, Córtalo, aunque sea tu propia mano. Mejor que se vaya
tu mano al infierno antes de que te arrastre a ti. ¿Es tu ojo el que te hace
caer? Sácatelo! Mejor es que se vaya el al infierno a que te lleve a ti con EL.
¿Es el internet el que te hace caer?
¿Es el internet el que te hace caer?
¿Son los amigos los que te hacen pecar?
¿Es el teléfono que no te permite concentrarte?
¿Es el amor a lo que tienes lo que no te permite ir a
predicar el evangelio?
¿Es el amor a alguien que hace difícil tu obediencia a Dios?
¿Es tu comodidad la que no te permite quebrantarte?
Quizás sea tiempo de Cortar muchas cosas, de sacar otras antes de que ellas mismas nos arrastren al infierno. Y seguro que no querrás llegar ante la presencia de Dios un día, y saber que por no querer renunciar a ese algo (que para entonces será totalmente inútil) no estarás con EL señor y que iras al infierno (en donde también te será inútil ese algo o alguien a quien intentaste conservar).
Quizás sea tiempo de Cortar muchas cosas, de sacar otras antes de que ellas mismas nos arrastren al infierno. Y seguro que no querrás llegar ante la presencia de Dios un día, y saber que por no querer renunciar a ese algo (que para entonces será totalmente inútil) no estarás con EL señor y que iras al infierno (en donde también te será inútil ese algo o alguien a quien intentaste conservar).
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