Jung y sus seguidores
concibieron muchas formas de diferenciar al extrovertido del introvertido. El
Extrovertido vive en el presente y aprecia sus pertenencias y sus éxitos; el
introvertido vive en el futuro y aprecia sus propias normas y sentimientos. El
extrovertido se interesa en lo visible en el mundo tangible, en la realidad
concreta; el introvertido se interesa en las fuerzas y leyes que sustentan la
naturaleza. El extrovertido es práctico, hombre de "sentido común":
EL introvertido es imaginativo e intuitivo. El extrovertido se inclina hacia la
acción y toma decisiones fácilmente, el introvertido prefiere el análisis y el
planeamiento y duda antes de decidirse. (Sperling, 1976)1
El extrovertido,
inconsciente de su propia dinámica interna, piensa que el introvertido es
"egoísta y estúpido". El introvertido, poco interesado con las demás
gente, considera al extrovertido como "superficial e hipócrita" (Clonninger, 2003)2
Quede chocado cuando esto por primera vez de los libros de
patria. Me puse a pensar y luego de varias experiencias me pregunté: “¿Puede un
introvertido ser misionero?” Esto, tomando en consideración las cosas que debe
hacer una persona que ha dedicado su vida a predicar el evangelio. En su propia
zona y en zonas y culturas completamente diferentes a aquellas en la cual vive,
el introvertido se verá obligado a interactuar con otros; Sin embargo, de
acuerdo con la teoría de las personalidades, esto podría volverse una molestia
al individuo introvertido.
En la biblia, nos encontraremos con algunos ejemplos de
personas que cuyas descripciones les hacen ver cual si fueren introvertidos. Moisés
siendo el primer ejemplo. Al ser llamado por Dios se escudó detrás de su
trastorno del habla indicando que este no le hacía apto para el llamado que
Dios le tenía, y es muy probable que su problema del habla le llevase a ser una
persona introvertida3. Aun así Moisés llevo a cabo el llamado que
Dios le tenía. Otros casos podrían ser el de Jeremías, Elías, o el apóstol Juan.
El llamado misionero hoy en día, no tiene por qué ser exclusivo de los
extrovertidos.
Todo llamado de Dios llevará a cada creyente, mediante la
obediencia, a morir al yo interior y a hacer que Cristo crezca en ellos. Esto
no solo aplica a un grupo de personas sino a Todos. Y algo que vemos en los
hombres antes mencionados es que, independientemente de su personalidad, al
momento de obedecer a Dios, salieron de su zona de incomodidad y lo hicieron.
Una ventaja que los introvertidos tendrán en el campo
misionero es que de por sí valoran el tiempo en soledad, el tiempo con las
personas de confianza y prefieren profundizar con aquellos que conocen, contrario
a conocer gente nueva, esto les permite hacer empatía más profunda con unos
pocos. Al introvertido no le es difícil pasar tiempo en oración o en la lectura
de la palabra; Sin embargo, es una lucha y no debe ser evadida, el compartir
con los demás.
Los extrovertidos no debemos, bajo ninguna circunstancia, subestimar
a aquellos que por su personalidad prefieren estar sentados, solos, y tomándose
un té. La manera en la que fuimos hechos nos hace querer compartir con la
gente, hablar, decir, bailar etc; Pero esto se vuelve una carga para los que
somos extrovertidos.
Como extrovertido que soy, he presentado muchas dificultades
en el campo misionero. Muchas veces hablo más de lo que escucho, predico más
que lo que oro, o incluso hablo más de la biblia que lo que leo de ella. Y eso
es malo, muy malo. Sin embargo es mi lucha y mi batalla reconocer que hay otras
personas, que también necesitan hablar, compartir y que necesito profundizar
con ellos. A los extrovertidos se nos hace difícil el ministerio de Cristo
también.
Si eres introvertido: descuida, hay muchos como tú. No eres el único o la única. Cuando salgas en misiones, o simplemente en evangelismo, busca sentarte con alguien. Quizás Dios te puso en este ministerio porque hay gente como tú ahí afuera que necesita a alguien que les escuche. Que simplemente se le siente al lado y comparta tiempo con ellos. Puede que tú seas el intercesor o intercesora del equipo. Quizás debas quedarte en casa para dedicarlo a la intercesión por tu equipo o por las almas que necesitan de Cristo. Pero recuerda, no será fácil y deberás enfrentar muchas luchas. El plan no es que te aferres a tu personalidad, sino a la de Cristo que, si bien paso horas cada día en soledad, era capaz de ponerse de pie ante 5000 personas y leerles sus sermones. Mantente en la disponibilidad de salir de tu zona de comodidad y obedecer a la voluntad de Dios.
Si eres extrovertido: igual para ti es un reto obedecer al
Señor en lo que EL demanda. Si eres el extrovertido del grupo, intenta ayudar a
los de tu equipo siendo el que toma las decisiones y da el primer paso, pero
recuerda que no eres la estrella, sin darte cuenta puedes estar buscando
brillar solo (y seguro pensaras que es que los demás no quieren hacer nada),
pero debes proveer el espacio para que ellos salgan de su zona de comodidad.
Cuando ores, antes de hablar calla, y si hay una oración en grupo, espera antes
de orar tú. Cede el paso. Igual para los extrovertidos ser misionero va a retar
tu forma de ser.
Los introvertidos sí tienen un lugar muy importante en las
misiones. Y si tú tienes problemas en entablar una conversación con alguien que
no conoces o tienes miedo escénico, recuerda a Pedro en el libro de hechos4.
Recuerda que Fue Dios quien te creo y te formo desde el vientre de tu madre5,
y él te hizo así con un propósito y es EL quien pone tanto el querer como el
hacer por su buena voluntad6. El mismo hará su obra en ti.
- Clonninger, S. (2003). Teorías de la Personalidad. Mexico
DF: Pearson Educación.
- Sperling, A. P. (1976). Psicología Simplificada. Mexico DF:
General de Ediciones S. A. de C. V.
- Exodo 4: 10-16
- Hechos 2:14-41
- Jeremías 1:5
- Filipenses 2:3
- Josué 23:14