Todo se remonta a las últimas semanas de Octubre y primeras de
noviembre del año pasado. Unos cuantos eventos desencadenaron mi desencanto por
esta red social. Ya me había dado cuenta de que mientras más tiempo pasaba
sumergido en Facebook, más me aburría y más prometía que lo dejaría. Para ese
entonces (y quizás antes de eso) ya estaba harto de que casi todo usuario solo
subía una foto, un meme, una imagen hablando de lo bello que es el amor, y la
que más odio: la foto del morenito con los ojos azules que dice "dale like
si no eres racista" (esta me dan ganas de cocinarle un plato de molondrón
al que la posteó).
Luego el hecho de que los posts de fb son como una novela que ya me sé:
ENERO: año nuevo, los reyes, la serie final, la virgen, Duarte
Luego el hecho de que los posts de fb son como una novela que ya me sé:
ENERO: año nuevo, los reyes, la serie final, la virgen, Duarte
FEBRERO: El carnaval y la independencia,
san Valentín,
ABRIL: Semana "santa", y mi
cumpleaños
MAYO: Las elecciones, o cualquier otro escándalo
político que se levante en el momento.
AGOSTO: To lo muchacho quejándose de que
arrancaron las clases
SEPTIEMBRE: Mes de la biblia
OCTUBRE: los embulla ‘o con jalouín...oh perdón
Halloween
DICIEMBRE: navidad
Cabe recordar los posts de los lunes, viernes,
Domingo en la noche, Miércoles etc....Todos estos ya me tienen hastiados.
Dos asuntos más: Uno, en varias ocasiones
me enteraba de cosas importantísimas de mis amigos más cercanos por fb. La comunicación
directa ha ido perdiendo valor, y peor aún, es mi culpa si no reviso fb. Dos,
son muy pocas las conversaciones en donde no se habla, del
"comentario", si le diste "like" a mi foto, si leí lo que
"publico" fulano. Para colmo, fb se ha vuelto en una fuente
confiable.... "leí en fb que la mantequilla es mejor que la
margarina".
La tapa del pomo, fue entonces muy
personal. Me encontré visitando a un grupo de creyentes Cristianos en un país
no alcanzado. En donde ser "misionero" es causa de grandes problemas.
Ni siquiera podía decir esa palabra allí. Se me pidió privatizar mi cuenta
antes de ir. Y desde entonces tuve una excusa razonable para dejarlo.
En dos o tres ocasiones he abierto fb y
nada ha cambiado. El que ha cambiado he sido yo. Me di cuenta de que fb es un
alimento cerebral de mucha fibra, que si no era cuidadoso me causaba verborrea
(o diarrea del verbo). Pero al mismo tiempo no todo es malo, quiero saber cómo
están mis amigos, que pasa en el diario vivir de mis compañeros ausentes.
Quiero decirle a menganejo que me hace falta, o a zutaneja lo bella que esta su
bebe. Quiero saber cómo van las cosas con perenceja que es misionera en queseyodonde.
QUIERO. NECESITO. DEBO.
El tiempo que usaba para estar en fb, lo
invertí en otras cosas. Aprendí a usar al menos tres programas de pc. He leído más
la biblia y he orado más. He aprendido a prestar más atención a lo que digo y
no verbalizo todo lo que pienso. He aprendido a vivir la vida y a no detenerla
para postear lo que estoy viviendo. A la hora de comer, solo debo pensar en
orar y comer, no en tirar una foto, orar, revisar si me le dieron
"like", comentar, responder el comentario y después comerme la comida
fría.
No usar fb me enseñó a mantener la frente
en alto, es decir, a no estar pegado del celular en cada reunión. A hablar
con la gente y a ser más directo en mi hablar. A interesarme en las personas, y
no en sus estados.
Afortunadamente, las redes sociales son
otro medio de comunicación, puesto a nuestro alcance para estar más cerca el
uno del otro. Lamentablemente, las redes sociales son el principal medio de comunicación,
del cual somos esclavos y que nos pone cada vez más lejos del otro.
Tengo más razones por las cuales no usar
fb que las que tengo para usarlo. Así que ya no le tengo odio a fb, más bien,
me da lo mismo. Si me da la gana lo uso, y si no, pos no!
En fin, quizás ustedes también deban
considerarlo. Les ayudará estar desconectados por un tiempo, y se darán cuenta
de que fuera de la matrix, hay un mundo real. No dejen de usar fb, no es
lo que quiero decir. Úsenlo, pero bien, y para bien. Que este no sustituya
nunca las verdaderas relaciones, nuestro deseo de aprender, de enseñar, de
juzgar, de criticar, de hablar, de compartir, de gustar, de crear, e incluso de
destruir. No le des el nombre de redes antisociales.
Vive la vida…disfrútala en vivo, compártela de verdad y cuando
veas todo lo que Dios te ha dado dile a EL “me gusta”.