Diciembre otra vez. Fiesta, romo, amores, todo menos Cristo. Y la frase per se es otro cliché del cual muchos están hartos. El problema esta cuando el cliché no es menos que la realidad.
Todo el que una vez salió del pueblecito, aprovecha este mes para volver, visitar los abuelos, cenar con la familia y después alimentarse de una nostalgia enlatada. Como consecuencia es abrumado por una melancolía y por ultimo es como si se dijese a si mismo "debo componerme". Y sale a dar un paseo.
Para darse cuenta de que el pueblecito se ha quedado donde esta. Una que otra tienda de productos Chinos nueva, pero ya la gran ciudad esta infestada de esas. monumentos que a la tercera vez de verlos ya se ven viejos y la cotidiana "rutinita" que en nada se compara con la gran ciudad, donde hay que "mochar brazos" para vivir.
Entonces esta el pueblerino. El que por una razón u otra se quedó. Se encuentra en la calle con esa versión actualizada de un viejo amigo y le abruma el desaliento. Anhela, quiere, la vida de su amigo el urbano. Siente que la vida ha llevado a su amigo a la cúspide del éxito y que el (el pueblerino) se ha quedado atrás. Se miran el uno al otro, intercambian dos o tres palabras y se hacen sentir bien mutuamente. Al darse la espalda cada quien busca en donde desahogarse. "la capital daña a la gente" "este pueblo sigue siendo un campo, y su gente campesinos".
Ambos victimas de una sociedad que te dice que seas independiente en tu forma de pensar, que no te adaptes a las normas que seas innovador y sobre todo cuestiona. Cuestiónalo todo, no aceptes las cosas como son hasta no tener todas las pruebas y cuando las tengas cuestiona otra vez. Entonces esa misma sociedad te da unas versiones pre-fabricadas de ÉXITO, BELLEZA, DESARROLLO y cuando aparece alguien que las cuestiona, que trata de ser emprendedor y pionero, entonces es tildado de ser "especial".
La realidad es triste. Hace mucho que no se trata de lo que paso en la navidad, sino de lo que me pasa en la navidad. No se trata de quien nació en la navidad sino de quien muere. No se trata de quien era la estrella en la navidad sino de quienes no lo son.
Ojala, viejos amigos, podamos reencontrarnos y mas que centrarnos en esa nostalgia, vamos a reír. Sanamente y vamos a actualizarnos en cuanto a las cosas buenas que han sucedido en nuestras vidas. Al final el peor error que podemos cometer es desear la vida del otro, cuando este tampoco esta contento.